Estancia Bonanza
A pocos kilómetros del pueblo, el puente de la estancia se alza, ayuda al hombre a cruzar el río. Para descansar del trasiego urbano, para llegar, campo traviesa, al otro lado donde la vajilla reluce y espera al viajante en busca de las leyendas. Al viajero que desea descubrir el origen de Patagonia, y la hermandad inquebrantable del gaucho y su caballo. El que desea sentir el olor a cuero de la fina monta, y llenarse los ojos de horizonte. Volver al final del día para contar las hazañas junto al fuego. Escuchar la guitarra y el payar de los hombres y mujeres que descansan ahora en la tierra que llevan toda una vida cuidando. Y sentarse con ellos a saborear la comida largamente pensada para despertar los instintos. Para despertarte, y volver, desde las entrañas de la Patagonia indómita, a descubrir ese lado que llevás dormido.
—Ubicación
A 12 km de El Chaltén, por la RP 41, entre el Río de las Vueltas y el Río del Bosque.
Coordenadas: 49°11 ́45"S72°53 ̈14"W.
Al pie del Cordón del Bosque, una cadena montañosa que vigila un area de 8.000 hectáreas de bosques, arroyos, ríos y montañas.
—Cabañas
Opciones de Alojamiento
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La Ponderosa: Casa de Campo & Casa de Sogas
La Ponderosa supo ser la casa de Lita y Pirulo, pioneros y fundadores de la Estancia. Cuenta con dos habitaciones en suite, living y cocina comedor. A metros de la casa principal se encuentra La Casa de Sogas.
—Ubicación: 3 km del puente de entrada
—2 habitaciones / 1 quincho / Usina Vieja
—1 Casa de huéspedes, monoambiente con baño privado.
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Puestos de Veranada
La Veranada era el lugar donde los Gauchos traían al ganado a comer las pasturas más verdes. Allí, frente a una exclusiva vista al Monte Fitz Roy, emergen 4 casas monoambiente que mantienen la misma estética y esencia de aquellos puestos patagónicos.
—Ubicación: 2 km del puente de entrada.
—Vistas únicas de la cara noroeste del Monte Fitz Roy
—4 casas monoambientes de 35 m2, con baño privado.
Gastronomía en Bonanza
La cocina es el lugar donde el fuego siempre está prendido, donde siempre espera el mate o la posibilidad de un tentempié reparador.
Un cocinero patagónico elabora los platos, una fusión entre comidas típicas de la gastronomía de montaña patagónica y la cocina internacional.
Panadería y huerta orgánica propia que abastecen nuestros platos.
Todas las estadías incluyen actividades y pensión completa.
El Curanto
Se trata de una ceremonia consistente en la cocción de los alimentos por medio del calor de piedras bochas, colocadas en un pozo cavado en la tierra.
Los colonos suizos se asentaron en esta zona de la cordillera, a pocos km de lo que ahora es la ciudad de Bariloche, a fines del siglo pasado. Sus vidas fueron de campesinos y dieron actividad y movimiento a toda esta parte de la región. La mayor parte de estos inmigrantes llegó a Chile y más tarde cruzó la cordillera hasta aquí. Muy pocos llegaron desde Buenos Aires, uno fue Eduardo Goye, padre de Emilio Goye, pionero del curanto comercial.
Se cava un hoyo en la tierra, de 15 cm de profundidad (cuya superficie depende de la cantidad de personas), dentro del cual se colocan piedras bochas (típica de los lagos sureños) que se calientan a rojo vivo en una hoguera. Sobre estas piedras se pone un colchón de hojas de nalca o maqui, y sobre éstas todos los ingredientes : carne de vaca, de cordero, de cerdo, pollos, chorizos, papas, batatas, manzanas y zapallos ahuecados rellenos con queso, crema y arvejas. Se vuelve a tapar todo con hojas, sobre las que se colocan lienzos húmedos para que no se pierda el calor y se cubre todo con abundante tierra, convirtiéndose de esta manera en un verdadero horno a presión.
Cuando la cocción está lista comienzan a surgir de la tierra hilitos de humo. Al destapar el curanto vemos brotar todos los alimentos perfectamente cocidos por el calor de las piedras.