La casa es el corazón del hombre de campo. Es el lugar donde el fuego no amaina, las botas descansan y uno se dispone a la tertulia con vino en mano, al calor del hogar. Allí se comparte lo que se quiere, y lo que no, se guarda para el descansar privado en las únicas dos habitaciones que se ofrecen al huésped que elija quedarse en la casa. Al que elija disfrutar de la lectura junto al calor de la salamandra, o de un baño relajante para sacudirse el alegre cansancio y el aroma fresco de los bosques.
La Ponderosa supo ser la casa de Lita y Pirulo, pioneros y fundadores de la Estancia. Cuenta con dos habitaciones en suite, living y cocina comedor. A metros de la casa principal se encuentra La Casa de Sogas.
La Veranada era el lugar donde los Gauchos traían al ganado a comer las pasturas más verdes. Allí, frente a una exclusiva vista al Monte Fitz Roy, emergen 4 casas monoambiente que mantienen la misma estética y esencia de aquellos puestos patagónicos.